El gobierno de Estados Unidos aseguró que en caso de que Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, se encuentre culpable de alguno de los 17 cargos que se le imputan, no le darán la pena de muerte, sino que será condenado a cadena perpetua.
El líder del Cartel de Sinaloa se declaró “no culpable de todos los cargos (17)” a través de un documento oficial firmado con su nombre, en el que marcó con una palomita el espacio correspondiente en el marco del proceso que se inicio en Nueva York, tras ser extraditado.
En México, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) informó que el gobierno de Estados Unidos solicitó el consentimiento de juzgar a Guzmán Loera por delitos adicionales a los que se tenían hasta el 20 de mayo de 2016, y en el marco de esa solicitud el gobierno de ese país otorgó garantías suficientes para no darle pena de muerte o, en su caso, de no ser ejecutada.
Con el uniforme azul de reo, característico de las prisiones de la costa Este de EU, el Chapo reiteró en una rápida audiencia su inocencia por delitos como asociación delictiva, que incluyen homicidio, tráfico internacional de cocaína, metanfetamina y mariguana; uso de armas de fuego y lavado.
Expusieron en la audiencia que el capo era uno de los narcotraficantes más peligrosos del mundo, que logró evadir desde la década 1980 a las autoridades mexicanas e incluso se fugó dos veces de prisiones de máxima seguridad.
Robert L. Carpers, fiscal de Nueva York, explicó que aunque Guzmán Loera pudiese alcanzar la pena de muerte, se pediría la mínima: “Vivir toda la vida tras las rejas”.
Entre los puntos que formaran parte de la estrategia para lograr la condena, serán encararlo en el juicio con testigos protegidos e informantes: narcotraficantes mexicanos y colombianos que testificaran en su contra.