Redacción/El Nacional

Científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), revelaron que la oxitocina (hormona relacionada con el parto, la lactancia, la afectividad y fidelidad) podría servir como analgésico para reducir el dolor crónico en pacientes con cáncer.

Los expertos demostraron que la administración epidural de este neuropéptido produce una analgesia similar a la morfina pero esta no tiene efectos secundarios. Con lo anterior se pretende mejorar la calidad de vida a las personas con ese padecimiento.

El especialista, Miguel Condés-Lara quien también dirige al equipo de científicos explicó que aunque los fármacos como la morfina sirven para aliviar el malestar de manera gradual estos cuentan con efectos adversos como sedación, causando menor interacción con la familia y el entorno e incluso estreñimiento o depresión respiratoria.

“Los resultados del estudio de los universitarios, publicado recientemente en CNS Neuroscience and Therapeutics, demuestran que la administración epidural (en el espacio entre la médula espinal y las vértebras de la espina dorsal) de la oxitocina actúa como un analgésico similar a la morfina, pero sin los efectos adversos”, detalló Condés-Lara.

Así mismo, explicó que la  oxitocina es un péptido sintetizado por el organismo en el núcleo paraventricular y en el supraóptico del hipotálamo en el cerebro.

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Por otro lado, el coautor de la investigación Abimael González Hernández señaló que esa neurohormona tiene receptores tanto en el sistema nervioso (cerebro y médula espinal) como en la periferia (útero), por lo que el efecto depende de la vía de administración.

“Para la inducción del parto en mujeres embarazadas es por vía intravenosa, mientras que nosotros la inyectamos en el espacio epidural, entre las meninges (membranas que recubren a la médula espinal) y las vértebras a nivel lumbar, cerca de la médula espinal”, indicó.

Mientras que uno de los miembros de la investigación Alfredo Manzano-García reveló que el dolor crónico es un síntoma prevalente experimentado en más del 70 por ciento de los pacientes con cáncer avanzado; se trata de una señal de alarma que anuncia peligro, pero si es constante y no se trata adecuadamente ese mecanismo de defensa puede convertirse en una enfermedad.

Por último aclaró que los resultados de la investigación requieren una mayor investigación debido a que posiblemente en el futuro los opiáceos podrían ser sustituidos en este tipo de tratamiento.