La historia de Nadia, una niña española de 11 años de edad, comenzó en el año 2009, cuando conmovió al mundo por luchar por su vida ante la segunda enfermedad más rara del mundo e incurable: tricotriodistrofia. Pero este año la historia cambio su rumbo de la peor manera.
En aquellos años no había lugar en el mundo que no conociera el nombre de Nadia. Los padres de la menor de 11 años, Fernando Blanco y Marga Gaura, se encargaron de que el nombre de su hija fuera conocido hasta en el lugar más escondido de la tierra.
El padre se aprovechó de la solidaridad de España para pedir su apoyo para recaudar fondos para la compra de medicamentos, los viajes en búsqueda de cura y el tratamiento de su hija, por lo que ciudadanos sin dudarlo pusieron de su “granito de arena” para contribuir en la recuperación de la niña, ya que según declaraciones de Fernando era una enfermedad muy rara, que le podía costar la vida.
La pareja logró recaudar un millón de euros, antes de que las personas conocieran la verdadera historia.
Juan Fernando, uno de los médicos implicados en el diagnostico de la niña en 2006, señaló que el padecimiento de Nadia era extraño, pero no la segunda enfermedad más rara del mundo, como lo afirmó su padre.
Aquellos viajes en búsqueda de la cura para su hija que había realizado el padre, los tratamientos y los medicamentos, fueron parte de una estafa. Efectivamente la pareja había viajado a otros países, pero no en búsqueda de la cura sino para llevar una vida de lujos con el dinero que habían recaudado.
Todo cambio el año 2016 cuando Fernando y Maga, tuvieron que enfrentar a la justicia por fraude, provocación sexual y provocación sexual.
La policía había encontrado imágenes de la niña, que podían “ser constitutivas de los delitos de elaboración y tenencia de pornografía infantil, así como de exhibicionismo y provocación sexual”. Los policías buscan ahora en otros 13 pendrives y 3 discos duros en búsqueda de más pruebas contra estos padres.
Hasta el momento Fernando Blanco, se encuentra detenido y la madre le quitaron la patria potestad