Redacción/ El Nacional
Una investigación que encabeza Silvia Romero Maldonado, del Instituto Nacional de Perinatología Isidro Espinoza de los Reyes (Inper), busca con el uso de la vitamina E disminuir o prevenir la retinopatía en niños prematuros en México.
La vitamina E logra reducir la retinopatía, sin embargo, es un tema que no se había tomado porque la presentación de Estados Unidos generaba problema intestinales en los niños y por ende una infección”, indicó.
A diferencia de esos estudios, la investigadora y un equipo de especialistas en farmacología y oftalmología aplicaron a 27 neonatos una cantidad de vitamina E diferente a la presentación de aquel país, suple mentada con leche materna, y se observó el tratamiento con el resto de niños que no recibieron la dosis.
“Lo que hicimos fue medir las concentraciones de vitamina E en los niños, con la autorización de sus padres, y buscamos ver cómo podemos ayudar al prematuro a tratar de reducir la retinopatía.
Esta vitamina tiene la capacidad de proteger la capa lipídica de la retina. Nuestros resultados parecen indicar que ayuda a disminuir la retinopatía del prematuro”, aseguró.
La retinopatía es un desorden que afecta los vasos sanguíneos inmaduros de la retina, lo que ocurre algunas semanas después del nacimiento, donde hay una detención del crecimiento vascular y luego una formación y maduración anormal de los mismos, lo que puede ocasionar ceguera.
De acuerdo con la investigadora, la principal causa por la que se desarrolla la retinopatía del prematuro es la inadecuada oxigenación a la que está expuesto el paciente; este último fenómeno eleva la presencia del estrés oxidativo de la retina del bebé.
El estrés oxidativo, puntualiza Romero Maldonado, ocurre cuando hay un desequilibrio entre las moléculas de nuestro organismo por el aumento de radicales libres, responsables del desarrollo de diversas patologías como la obesidad, diabetes, enfermedad pulmonar y retinopatía.
Las personas adultas a diferencia de los bebés prematuros, dijo, por su naturaleza tienen antioxidantes como glutatión, selenio, zinc, vitamina A, entre otros, que ayudan a contrarrestar los radicales libres de oxígeno propios del organismo. Sin embargo, el bebé prematuro no cuenta con estos antioxidantes o bien los tiene en menor cantidad, lo que produce un daño en su retina.