Iker Misael Ulloa, el niño de tres años que fue mordido en el cuello por un perro Pitbull, sufrió “muerte cerebral” y aunque se tenía contemplado que sus órganos podrían donarse, esta posibilidad se esfumó debido a que el animal que lo agredió no tiene control de vacunación, esto fue determinado por unanimidad por el Comité de Médicos y Especialistas de Hospital Universitario.
El coordinador de Trasplantes del HU, Óscar Rocha Martínez y el subdirector médico, Jorge Manuel Serrano Sandoval, informaron que el pequeño se encuentra aun en terapia intensiva pero sin actividad cerebral.
Especialistas confirmaron que trasplantar alguno de sus órganos sería un riesgo para los futuros receptores, aún así, la familia de Iker ha decidido que continuará en el hospital hasta que se declare clínicamente muerto, pero no se sabe cuánto tiempo se lleve.
Por otra parte, Norma Alicia Delgado Ortiz, bisabuela del menor y quien fue diputada local del Partido Unidad Democrática de Coahuila, mencionó al periódico El Universal que se han agotado los recursos solventados en el seguro.
“Ayer martes nos dijeron que su cerebro no respondía en un 100% y ahora miércoles, que concluyeron los tres estudios, cinco doctores nos avisaron que su cerebro ya no responde y que ya no hay nada que hacer”, mencionó la bisabuela de Iker.