Con todas sus pertenencias en bolsas y maletas, las largas filas de los refugiados esperan tranquilamente, ante bajas temperaturas, el abordaje a los autobuses en la ciudad francesa, Calais.

Las autoridades francesas han comenzado la compleja operación para cerrar el improvisado campamento, también conocido como “La Jungla“, retirando así a los refugiados que hicieron peligrosos viajes con el fin de escapar de las guerras, dictadores o miseria, y que soñaban con construir nuevas vidas en Gran Bretaña.

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Son más de mil 200 policías los que participan en esta operación, los autobuses transportarán a los migrantes a diferentes centros de asilo por todo Francia. Hoteles e incluso castillos, son algunos de los cientos de edificios oficiales que fungirán como vivienda para los migrantes.

Esta es una operación que queremos realizar tranquilamente y bajo control. Y hasta ahora lo es” declaró el Ministro del Interior de Francia, Bernard Cazeneuve.

Las autoridades dicen que el campamento alberga cerca de seis mil 500 migrantes que buscan llegar a Gran Bretaña, mientras que los grupos de auxilio declaran que hay más de ocho mil 300.

La Jungla” ha sido el hogar de los migrantes provenientes de Afganistán, Sudán, Eritrea, Siria y otros lugares. Muchos de ellos soñaban con llegar hasta Gran Bretaña, sin embargo, la mayoría quedó en un callejón sin salida en Calais, pues es imposible encontrar un camino a través del Canal Inglés.

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Algunos de los migrantes se han mostrado felices por dejar el campamento y otros tantos están confundidos o en shock. Las filas se han organizado por diferentes secciones, siendo separados por categorías como “familias”, “menores no acompañados” o “adultos”.

Ahora, lo único que preocupa a las autoridades son las personas que rechazan el desmantelamiento de “La Jungla“,  ya que podrían crear “mini-campamentos” al norte de Francia para seguir intentando llegar a Gran Bretaña.