Tras compararse con el dictador nazi Adolf Hitler, el Presidente de filipinas, Rodrigo Duterte, manifestó que sería “feliz” de exterminar a los tres millones de drogadictos y traficantes que habitan en la isla que pertenece al continente asiático y se encuentra ubicada sobre el Océano Pacífico.
Dichos comentarios provocaron revuelo en el país de las barras y las estrellas, particularmente a la comunidad judía de Estados Unidos, la cual anunció su apoyo al gobierno norteamericano que busca una postura más firme sobre los actos del mandatario filipino.
Las declaraciones se dieron a la llegada de su visita a Vietnam, y añadió que fue la prensa local quien lo retrato como el líder alemán.