Redacción/ El Nacional 
Se calcula que cerca de 40 millones de personas en México sufren algún tipo de trastorno del sueño, sin embargo, el síndrome SAHOS es el más común entre la población, dijo el director del Instituto Mexicano de Medicina Integral de Sueño (IMMIS), Reyes Haro Valencia.
 El especialista mencionó que de no detenerse a tiempo el SAHOS, puede producir un crecimiento anormal en los tejidos de la orofaringe, los cuales se hacen más anchos y se caen cuando la persona ingresa en un estado de relajación, lo que provoca un impedimento en el paso del aire, mismo que concibe los ronquidos. “Se empieza roncando leve, pero va avanzando hasta que se produce la apnea, que es cuando la persona deja de respirar por completo y necesita despertar súbitamente para volver a tomar aire”, explicó el médico.
 
Las apneas provocan hipoxemia y se liga de manera directa al estrés fisiológico, mismo que se vincula con otros padecimientos, subrayó el directivo en un comunicado del IMMIS.
 
“El estrés fisiológico intenso se manifiesta en una mayor actividad cerebral y desbalances en el ritmo cardiaco, lo que está relacionado con padecimientos como la hipertensión”, dijo el médico.
 
“Además, quien duerme mal no produce suficiente leptina y grelina, lo que deriva en problemas de peso asociados con el mal dormir”, agregó.
 
Haro Valencia advirtió que un paciente roncador con problemas de colesterol, triglicéridos, ácido úrico y glucosa aumenta su riesgo de tener un problema cardiaco, infartos cerebrovasculares o embolias conforme el ronquido se intensifique.
 
“El tratamiento más efectivo para el SAHOS es una mascarilla de presión positiva continua en la vía aérea conocida como CPAP (por sus siglas en inglés)”, apuntó.
 
“Que no es más que una compresora de uso médico que jala el aire ambiental con una presión de cuatro centímetros de agua, con la que el paciente deja de roncar y respira muy bien cuando duerme”, precisó.
 
No obstante, las CPAP tienen un costo elevado por ser productos importados, por lo que Haro Valencia busca impulsar a los alumnos e investigadores a que realicen prototipos mexicanos a un bajo costo, así como a más especialistas para que atiendan dicho padecimiento.
 
Pese a su impacto poblacional, son pocas las instituciones y centros de salud que estudian y atienden los trastornos del sueño, que además del SAHOS, están las pesadillas, insomnio, sonambulismo y parasomnia.