Redacción / El Nacional
Tras años de discusiones y desacuerdos entre los principales partidos políticos, el Senado mexicano aprobó la reforma política del Distrito Federal, con la que se busca cambiar el estatus jurídico de la capital del país para que tenga su propia constitución y más autonomía, como las otras 31 entidades federativas.
La aprobación en lo general se dio con 88 votos a favor, 27 en contra y una abstención. El aval en lo particular fue con 75 votos a favor y 19 en contra.
El documento fue enviado a la Cámara de Diputados para que sea revisado, cuando faltan solamente dos días para que termine el actual periodo ordinario de sesiones, el 30 de abril.
Algunos de los puntos que plantea la reforma son cambiar el nombre del DF por el de Ciudad de México y que se integre una asamblea constituyente, distinta de la actual Asamblea Legislativa (ALDF), para que ésta elabore la nueva constitución local, que reemplazaría al vigente Estatuto de Gobierno.
La discusión sobre si la constitución de la capital sería elaborada por la ALDF o por un órgano diferente fue uno de los aspectos que más trabó el tema durante esta Legislatura, que inició funciones en septiembre de 2012.
Ahora, los legisladores acordaron que sea por una asamblea constituyente, aunque chocaron en cuanto a su integración.
El dictamen aprobado plantea que se componga de 60 asambleístas elegidos por voto de los ciudadanos y de 40 propuestos por diputados, senadores, el jefe de gobierno y el presidente de la República.
La perredista Dolores Padierna, por ejemplo, consideró que permitir que 40 integrantes sean designados “ensombrece” la reforma.
“Es a leguas una regresión en términos de derechos políticos y civiles que opaca, ensombrece, los importantes avances”, dijo.
De forma similar, la panista Mariana Gómez del Campo consideró que con esto se da demasiado poder al jefe de gobierno, cuando habría que “sacarle las manos” del asunto.
“Esta es una reforma de políticos para políticos”, dijo por su parte la también panista Gabriela Cuevas, quien añadió que tampoco es una reforma que esté enfocada a solucionar problemas, pues no se habla de la inseguridad, justicia, calidad de los servicios, medio ambiente, etcétera.
Para otros senadores, principalmente del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) y algunos del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), la reforma es “histórica” porque finalmente eleva el estatus jurídico de la capital.
La reforma política del DF ha sido una demanda histótica de la izquierda, que gobierna en la ciudad desde 1997.
Otro de los puntos clave de esta modificación es que las demarcaciones dejen de ser gobernadas por un jefe delegacional y adopten una estructura similar a la de los municipios, con un alcalde y concejales.
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, publicó en su cuenta de Twitter un reconocimiento al Senado por haber aprobado la reforma política. El titular del Ejecutivo manifestó que la capital mexicana tendrá una democracia más vigorosa y representativa.
CNN