Selene Gutiérrez/El Nacional

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El icono de la música mexicana Alberto Aguilera Valadez también conocido como “Juan Gabriel”, fue uno de los pocos artistas que mantuvo su vida privada oculta pues a pesar de ser visto como un cantante gay, nunca hablo públicamente de su sexualidad.

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 Con vestuarios extravagantes y chalecos de lentejuelas, fue como “El Divo de Juárez”, rompió con el arraigado machismo que aún persiste en México, sin ser rechazado pues todos, en algún momento sin importar, la edad o género han coreado “El Noa Noa” o “No me vuelvo a enamorar”.
El intérprete de “Amor eterno”, nunca se esforzó por ocultar su peculiar forma de ser, mostrando su caminar delicado y sus famosos pasos de baile amanerados para acompañar sus interpretaciones pues en sus palabras “el arte es femenino”.

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Sin embargo, nunca acepto abiertamente ser homosexual pese a las diversas ocasiones en las que fue entrevistado, como la polémica entrevista en la que el periodista Fernando del Rincón le pregunto “¿Juan Gabriel es gay?”, a lo que el Divo de Juárez contesto “Lo que no se ve, no se pregunta mijo”.

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“Juanga”, además de ser visto como el rey de la cultura mexicana, trascendió la barrera de las orientaciones sexuales, le dio un golpe al machismo y enterró con tacones a la homofobia, en una tierra y un tiempo de machos con bigote y sombrero en mano.

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Por ello, al morir no solo deja a sus millones de fans alrededor del mundo llorándole y cantando sus canciones a todo pulmón, si no, deja un legado de originalidad y sobre todo deja marcado un antes y un después para la comunidad homosexual.