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Redacción/El Nacional
Los hábitos alimenticios afectan nuestra vida diaria, y tener una buena alimentación ayuda a la prevención de diversas enfermedades como la obesidad o sobrepeso, la diabetes, la neuropatía diabética e hipertensión.
  1. Sobrepeso y obesidad
    Datos de la Secretaría de Salud Federal (Ssa) reiteran que el exceso de peso es el principal problema de salud. Empero, ambos padecimientos son reversibles a través de cambios en el estilo de vida: realizar algún tipo de actividad física o ejercicio, reducir el consumo de refrescos, comida frita y/o empanizada, e ingerir más frutas y vegetales.
  2. Diabetes
    Se estima que “al menos” 10 millones de personas viven con esta enfermedad, de las cuales, el 90% corresponden a diabetes tipo 2, es decir, aquella desarrollada por el exceso de peso, sedentarismo, etc.
  3. Neuropatía diabética
    El gran problema de los mexicanos es la falta de control y prevención en diversas áreas, una de ellas su salud, por ello la ausencia de control médico provoca que de cada 100 personas con diabetes, 10 tengan neuropatía (daño en sistema nervioso), la cual de no tratarse a tiempo provocará pie diabético.
  4. Hipertensión
    Cifras oficiales dan a conocer que en México cerca de 15 millones de personas padecen hipertensión, la cual puede ser 100% prevenible al cambiar hábitos de estilo de vida, como reducir la ingesta de sal, consumir pocas bebidas gaseosas, activarse, ingerir más frutas y verduras, disminuir el consumo de comida rápida y controlar el peso corporal.
Recuerda que el cambio de alimentación no se ve reflejado al primer instante, necesita cierta disciplina, sin embargo el resultado valdrá la pena pues da mayor y mejor calidad de vida.

A continuación te presentamos ciertos hábitos que debes cambiar para tener una alimentación saludable:

  1. Comer rápido
“Comé despacio y masticá cada bocado 20 veces”, recomendaban las abuelas. Los nutricionistas sugieren lo mismo. “Comer rápido nos hace obesos. Comer apurado hasta sentirse lleno multiplica por tres los riesgos de sobrepeso”, sentencia Jimena Martorelli, nutricionista y miembro de la Asociación para la Prevención y Ayuda de los Desórdenes en la Alimentación y Vida Sana. Al comer, la distensión gástrica es una de las primeras señales de saciedad. Se transmite por el sistema nervioso vegetativo hasta el hipotálamo, centro regulador que se encuentra en el cerebro. “Si comemos rápido no le damos tiempo al estómago para que envíe la señal”, agrega Martorelli.
  1. Comer “automáticamente”
De parados, mirando la tele o el monitor de la PC. “Es perjudicial ya que no tenemos una conducta de orden y de disfrute, de respetar nuestras sensaciones de saciedad–hambre. Se come sin discriminar sus necesidades o apetito”, explica la pediatra Liliana Trifone, jefa de Nutrición y Diabetes del Hospital Gutiérrez. Las consecuencias pueden ser varias: ingesta de alimentos de mala calidad nutricional, poca variedad, y el riesgo de comer de más y en forma insuficiente, al mismo tiempo. “Hay que tomar conciencia de que no darle el espacio que se merece al momento para comer es malo para la salud”, dice Trifone.
  1. Asumir una posición de “ataque” ante la comida.
La batalla es entre el plato y la persona, en una guerra a todo o nada. Para Mónica Katz, médica nutricionista, esa actitud frente a la comida sólo favorece la velocidad, algo directamente relacionado con la saciedad. ¿Un consejo? “Cada dos bocados apoyar el tenedor y el cuchillo a los lados del plato, y masticar despacio. Así facilitaremos la saciedad y podremos tener un peso saludable”, sugiere la especialista.
  1. Masticar poco
“Masticar adecuadamente los alimentos, y no ‘tragar’, nos conecta primero con el sabor. Pero lo más importante: la masticación es el primer paso del proceso de digestión”, apunta Marcela Ciaño, jefa de Nutrición de la Suizo Argentina. “Los alimentos deben llegar triturados al estómago para poder realizar adecuadamente el proceso de emulsión que le corresponde al estómago y de absorción en el intestino”, explica. Conviene tomarse 20 ó 30 minutos para comer.
  1. Servirse porciones grandes
Para una correcta alimentación las cantidades deben ser razonables, no abundantes. “Para eso es aconsejable colocar en un plato playo todos los alimentos a consumir en dicha comida. Y luego, las frutas. Esta práctica genera un mayor control por parte de la persona en la ingesta de los alimentos y una menor transgresión después”, recomienda Marcela Leal, médica nutricionista y directora de la carrera de Nutrición de la Universidad Maimónides.
  1. Repetir los platos
Una costumbre que va a contramano de lo que recomiendan los especialistas. “Lo ideal para no repetir los platos es realizar un menú de cuatro comidas. Primero nos tomamos un buen plato de sopa, luego una abundante ensalada o vegetales hervidos. Esto genera es que la panza se nos llene. Después una buena porción de carne, y terminar la comida con una fruta o un buen plato de gelatina. Para asimilar mejor los alimentos, hay que quedarse sentado unos 15 minutos”, recomienda Martorelli.
  1. Beber poco líquido
El 70% del cuerpo es agua, necesaria como diluyente y como vehículo para eliminar toxinas. Por eso es muy importante controlar adecuadamente este factor. Se debe ingerir líquido a lo largo del día. “Pero –se apura Ciaño– mientras comemos no es recomendable ingerir grandes cantidades de agua ya que diluye el jugo gástrico. Lo mejor es tomar normalmente, sin sobreexigir”.
  1. Llevar fuentes a la mesa.
“Los humanos comemos todo lo que tenemos a mano”, arranca Katz. Para combatir el descontrol alimentario o el “picoteo” lo mejor es armarse un “ambiente seguro”: crear un área donde no esté cerca lo que no podemos manejar por sabroso, porque no requiere esfuerzo preparar o lo que está listo para comerse. “Si contamos con muchas unidades, terminaremos consumiendo más de lo que resulta saludable”, amplía Katz.
  1. Hacer la sobremesa sin retirar los platos
La sobremesa también tiene que ver con respetar el tiempo adecuado de la alimentación. “Si existe el buen hábito no importa si despejamos o no la mesa”, señala Trifone. En otros casos puede ayudar.
  1. Guardar alimentos tentadores a la vista
Un problema muy similar al del punto ocho. Leal sugiere acomodar los alimentos en la heladera o alacena de tal manera que no queden a la vista.