Jóvenes de la UNAM diseñaron una cobertura que además de prolongar la vida útil de frutas y verduras, puede ser consumida por las personas sin ningún tipo de daño a la salud.
Se trata de una contribución importante para la industria alimentaria, pues al cortar esos productos sus tejidos quedan expuestos al oxígeno, que además de deshidratarlos provoca cambios en su coloración; pero al aplicar una capa del recubrimiento por inmersión, son protegidos y su duración en refrigeración es mayor, además de retardar la descomposición.
El recubrimiento, a base de una dispersión de nanocápsulas, está adicionado con ingredientes funcionales, es decir, que promueven beneficios para la salud.
De acuerdo con la investigación Recubrimientos combustibles cargados con ingredientes funcionales y su uso para incrementar la vida útil de los alimentos, encabezada por María de la Luz Zambrano, las frutas y verduras frescas procesadas al mínimo (lavadas, peladas, cortadas y empacadas) se deterioran con mayor rapidez que los productos intactos.
La creación universitaria consiste en un recubrimiento comestible constituido por nanocápsulas que contienen un antioxidante o algún otro ingrediente funcional, que se aplica a frutas y verduras recién cortadas en cubos o en esferas para lograr su conservación. Además, están listas para ser ingeridas, sin necesidad de lavar o desinfectar. Al adicionar las nanopartículas, la vida útil puede alargarse hasta por tres semanas.