Redacción/El Nacional
El mes pasado Samsung lanzó el Galaxy S7 Active como una versión todo terreno de su teléfono insignia. El Galaxy S7 Active es certificado MIL-STD-810G y IP68, lo cual indica que es resistente a golpes, polvo, humedad y agua lo que más llamó la atención fue que era resistente al agua pero en realidad no lo es, pues falló en esta prueba.
El problema parece estar limitado al modelo Galaxy S7 Active, disponible en Estados Unidos solo a través de la empresa de telefonía AT&T. Los modelos más comunes S7 y S7 Edge también fueron vendidos como resistentes al agua, pero sí pasaron las pruebas.
Maria Rerecich, directora de pruebas electrónicas de Consumer Reports, dijo que se sorprendió de que fallara el Active, agregó que las afirmaciones de Samsung suelen ser “aceptables”, samsung dijo a Consumer Reports que investiga el problema y ha recibido muy pocas quejas, la compañía comentó a The Associated Press que aunque el Active está hecho para ser uno de los teléfonos más resistentes en el mercado, “podría existir la excepción de que un dispositivo defectuoso no esté tan sellado contra el agua como debería”.
Samsung dijo que todos sus teléfonos S7, incluso el Active, están diseñados para seguir funcionando luego de ser sumergidos a una profundidad de hasta 1.5 metros (5 pies) durante 30 minutos. Consumer Reports afirmó que después de media hora en el agua, la pantalla del Active destelló verde y otros colores y no respondió al tacto. Agregó que aparecieron burbujas pequeñas en los lentes de la cámara. Consumer Reports probó otro dispositivo Active y también falló las pruebas.
Rerecich dijo que es probable que los problemas afecten sólo a algunas de las unidades fabricadas, pero “compramos dos y ambas fallaron”. Los dos celulares fueron comprados por internet.
Samsung agregó que el Active soporta caídas de hasta 1.5 metros en una superficie plana, una prueba que no realizó Consumer Reports.
En Estados Unidos, el teléfono Active cuesta $795, lo mismo que el modelo Edge y $100 más que el S7.