Edgar Martínez/ El Nacional
Ese terrible numero de ha convertido en una mala cábala para los equipos locales, pues desgraciadamente han ocurrido hechos que se marcarán para la posteridad dentro del balompié regiomontano.
El minutos 92 con 43 segundo les ha quitado la posibilidad de pelear por el título tanto al Monterrey como a Tigres, a ambos en una ocasión, por lo que esta cifra numérica ha pasado a ser una maldición para los regios que a continuación repasaremos.
Monterrey fue el plantel considerada primera víctima de esta mala suerte, esto en el Clausura 2016 cuando en la final fueron sorpresivamente derrotados por el Pachuca con un gol que nadie, ni siquiera los mismos tuzos, veían venir.
Tras el buen paso que los Rayados tuvieron durante todo el Clausura 2016, los albiazules llegaban como favoritos a encarar la fase final del torneo, y no defraudaron. Monterrey llegó a la final siendo el amplio dominante en todos los sentidos, nivel futbolístico, favoritísmo, ofensiva y defensiva, simplemente eran mejores que los hidalguenses.
La ida fue un 1-0 a favor del Pachuca y para la vuelta los dirigidos por Mohamed fueron el único equipo que jugó durante el encuentro, siendo ampliamente dominante en el duelo, yéndose con la ventaja de 1-0 al medio tiempo. Todo pintaba para que la final se resolviese en tiempos extras pues los tuzos, con un hombre menos y el marcador empatado en el global, tenían todo en contra.
Llegó el minuto 92:43, y ocurrió lo que muchos llamaron “la tragedia”, y es que a 15 segundos del final Víctor Guzmán apareció para emparejar el encuentro y dar la ventaja al Pachuca en el global quien se llevaba el título de campeón, haciendo esa una noche bastante triste para el cuadro del Monterrey.
https://www.youtube.com/watch?v=Rqr74AGer3Y
Dicha tragedia volvió a repetirse el fin de semana pasado, pero ahora fueron los Tigres quienes la recibieron cuando cayeron frente a Chivas por la final del Clausura 2017, casi un año después de lo sucedido con su acérrimo rival.
Los felinos entraron también como los mejores, aplastando a cual rival le ponían enfrente, humillando al Monterrey en 4tos y dejando sin oportunidad a Xolos en semifinales, sin embargo, en la final se topó con alguien que le tomó bien la medida.
Chivas en la ida se llevó un valioso empate a 2 tantos, por lo que en la vuelta se decidiría todo, dos goles del “chiverío” acababan poco a poco con las esperanzas felinas de un posible bicampeonato pero Ismael Sosa la devolvió al anotar al 88’ de tiempo corrido.
Desde ese minuto los Tigres comenzaron a ser más que Chivas y fue ahí cuando la polémica sucedió. El arbitro central, Luis Enrique Santander, “hizo gutis” y no marcó un claro penal sobre Sosa quien recibió una falta de Jair Pereira, señalando el silbante un fuera de lugar previo a la polémica jugada, todo esto durante el minuto 92:43.
https://www.youtube.com/watch?v=XfW1m4VSzyc
Dicho penal les hubiera permitido a los Tigres empatar el partido y el marcador global, lo cual haría extender el duelo hasta tiempo extras, pero no sucedió. Algunos rayados lo llaman “karma”, debido a las constantes burlas que los hinchas felinos hacían referente a aquella final perdida, otros lo comenzaron a llamar “maldición”.
Lo que si queda claro es que ya cobró como víctimas a los planteles del estado de Nuevo León, dejando marcadas a ambas aficiones con un dolor terrible, pero al menos con una felicidad “de la mala” y es que en el tema de la famosa “carrilla”, se encuentran empatados.