Al menos 26 presuntos narcotraficantes murieron durante un tiroteo registrado en la capital filipina este jueves, con lo que se eleva a un total de 58 personas que han perdido la vida en los últimos tres días a causa de la cruzada del presidente Rodrigo Duterte contra las drogas.
Duterte expresó su satisfacción por el repunte en las muertes relacionadas con las drogas y aseguró que los agentes de la ley que se encarguen de este tipo de asesinatos, serán defendidos.
Si la policía y los militares tienen problemas por cumplir con su deber, den por seguro que no aceptaré que los encarcelen, dijo el mandatario.
Aunque reconoció que tal vez resulte difícil eliminar la amenaza de la droga en lo que resta de su sexenio, dijo que la represión implacable continuará sin pausa. Anunció recompensas de 2 millones de pesos (40 mil dólares) por la muerte de cada agente de policía vinculado con las drogas.
“Ustedes los agentes que están en la droga… la recompensa que ofrezco por sus cabezas es de 2 millones. No habrá preguntas. No preguntaré quién los mató”, expresó Duterte.
El jefe de la policía de Manila, el superintendente Joel Napoleón Coronel, dijo que 26 sospechosos por drogas murieron y más de 70 fueron arrestados en distintos puntos de la ciudad en operaciones policiales durante la noche.
Los nuevos decesos siguen a la muerte de 32 sospechosos en distintas operaciones antidroga efectuadas el martes en la provincia de Bulacán, al norte de Manila, dentro de la sangrienta campaña de Duterte que ha horrorizado a grupos de derechos. Ya hay una demanda pendiente en su contra en la Corte Penal Internacional.