Redacción/El Nacional
La rutina alivia nuestras obligaciones y nos permite ahorrar bastante tiempo. Pero, también nos enceguece. Es posible, por tanto, que hayas atentado contra tu salud en reiteradas ocasiones y que ni siquiera te hayas dado cuenta. ¿El escenario del crimen? Tu baño.
1.- Duchas Muy Calientes
Tú eres de las que piensa que no hay nada más relajante como un baño de agua bien caliente, ¡sobre todo en invierno! Pero, ¿no será que se te está yendo la mano? El agua a una temperatura muy elevada puede robarle a tu piel todos sus aceites naturales y terminar por perjudicarla. Por tanto, lo más recomendable será que optes por duchas más breves y de una temperatura más moderada.
2.- Secado Muy Vigoroso
Aunque no lo creas, algo tan simple como secarse con una toalla también tiene su ciencia. Es importante que lo hagas con movimientos suaves; de lo contrario, promoverás que tu piel se irrite y se torne más seca. Para evitar estas consecuencias, además, te recomendamos que no escatimes en una buena crema humectante.
3.- Toallas Sucias
¿Con qué frecuencia cambias la toalla de mano? Y es que esta suele convertirse en el hogar de todos los gérmenes que se rehusaron a desprenderse durante el lavado. Así que, dependiendo del número de personas que habitan en tu hogar, ¡trata de cambiarla seguido! De esta manera, te ahorrarás varias enfermedades y, ¡tus familiares también!
4.- Rasuradora Vieja
Las rasuradoras cortan el vello, si pero por sobre todo son grandes recolectoras de gérmenes y, ¡ ni que hablar cuando estén viejas ! Además este tipo de rasuradoras multiplica tus riesgos de cortarte y contraer infecciones como la hepatitis.
5.- Cepillo Dental Descubierto
Por más que no lo veas, los gérmenes de tu baño están en constante movimiento. Por tanto es muy importante que te cuides. Empieza por comprarle un protector a tu cepillo de dientes.