Redacción/El Nacional
En Honduras continua la ola de violencia contra activistas, y es que han pasado cuatro meses desde el homicidio de Bertha Isabel Cáceres Flores, quién fuera activista ambiental , dirigente comunitaria y líder indígena lenca. Ahora, su “heredera”, Lesbia Janeth Urquía se suma a las 114 muertes violentas de activistas ambientales en el país de Centroamérica.
Los primeros reportes indican que el cuerpo de Urquía fue hallado en un basurero, luego de haber sido secuestrada. Al parecer, presentaba una herida en el cráneo, producto de un arma blanca, específicamente, un machete.
Lesbia Urquía tenía 49 años, era madre de tres hijos y formaba parte del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Hondura (COPINH) desde el 2009 y al igual que Cáceres, luchaba en contra de los proyectos hidráulicos en las regiones de Honduras.
Por su parte, la COPINH, a través de un comunicado de prensa hizo responsable de la muerte al gobierno hondureño, las fuerzas militares, policiales y todas dependencias gubernamentales.
La muerte de Lesbia Yaneth constituye un femicidio político que busca callar las voces de las mujeres que con coraje y valentía defienden sus derechos en contra del sistema patriarcal, racista y capitalista“, manifiesta el comunicado de la COPINH.
